El socialoidismo es, en mi humilde y franca perspectiva de quien habla porque tiene el espacio para hacerlo, una forma de denominar a esa últimamente muy frecuente costumbre de algunos grupos de enarbolar una bandera solidaria, partidista, fundamentalista y fragmentada que rescata posturas de la posguerra para fines oscuros, como generar polémica sobre el status quo por deporte, mientras para hacerlo utiliza medios de más que discutible naturaleza.
Todos estos grupos de incongruentes mentes que se esfuerzan por parecer comprometidos con la realidad, no me hacen menos gracia que la imagen de un bombero apagando un incendio con nafta.
Existe hoy en día un control remoto social, de gente que opina en la comodidad de un cyber, mientras toma grandes sorbos de Coca-Cola, se acomoda sus zapatillas All Star y abre el cierre de su campera ADIDAS, para luego descargar una sarta de desinteligencias con dudoso basamento en la forma módica de un ataque a 'algún imperio comercial de alguna índole'.
Los últimos acontecimientos se explican por sí solos. Hay una lucha de intereses como siempre la ha habido, sólo que ésta se ha vuelto notoriamente literal. Literal al punto de ser una pelea, en la que sólo hace falta entrar en agresión física para que de una vez por todas la masa entienda lo totalmente inmaduro de la situación.
Si hay un caso de demagogia que denunciar, que sea éste. Un gobierno que se automartiriza para lograr el contento del vulgo (método ya conocido por todos los hechores del peronismo), sólo innova en su manera de aproximarse al mismo fin que quizás puede darles un pancho y una coca. El objetivo es el mismo. Y sin embargo, la clase de ideas que surgen de la zona mas primitiva del cerebro, esa que sólo canaliza el ímpetu por lograr una justicia de cualquier tipo, y a cualquier costo, se derraman en páginas, links, facebook, blogs, emails en cadena, etc. etc.
Es la paradoja misma que se retroalimenta.
Como apolítico, puedo afirmar que la zona gris que estábamos transitando, se ha tornado negra. Se pasó de un extremo al otro sin que los actores de tamaña hazaña dejaran su careta a un lado y la cambiaran por pintura de guerra. ¿Es una vendetta personal? ¿Es una causa justa, desinteresada?
Gracias a mi (leve) formación académica, me vi en la obligación de estudiar el fenómeno de la comunicación en el ambiente moderno de la ciudad. Esta enseñanza me dejó una sola lección: no existe la mirada inocente. Por ende, tampoco existe el mensaje inocente.
Esto que sucede es un mensaje. Un mensaje que, como todo acto político, lleva al interés de uno o varios grupos, pero nunca de la unanimidad. Es cierto que no se puede contentar a todo el país, pero también es cierto que hay formas de resolver situaciones con ideas positivas, y no antagonizando a los intereses contrarios, de manera que los indecisos, los de la franja gris, tomen partido por uno mismo.
Eso es demagogia. Y la demagogia no la soporto. No la puedo procesar.
En ese particular, el socialoidismo juega un papel muy importante, en la búsqueda de hacer eco de las quejas/reclamos y ajustes que los grupos intentan marcar. Tomando parte de los ideales que algunos consideran justos (socialismo, comunismo, etc.) la tiranía de la mayoría está en los albores de la confusión definitiva. Los valores se entremezclan, los defectos de la interpretación son corregidos a velocidades extremas. Los puntos en los cuales se basan, son el martirio, la lucha de clases, la justicia social, la distribución de la riqueza, y así llegan a los oídos de aquellos que esperan un cambio y juegan con su desesperación, su desesperanza, para someterlos a un régimen que busca una revolución que no va a llegar nunca.
Y nunca va a llegar, porque de lo que hay que rebelarse, convenientemente, no está estipulado en ningún lado. Esta es la lucha de unos pocos contra otros pocos, mientras que la mayoría somos peones de esa realidad y nos vemos en la difícil tarea de discutir estos asuntos con amigos que quizás encontraron una respuesta en estos actos, a una pregunta que ni ellos sabían que tenían que hacer.
Resumiendo, consejos para quienes comparten el ser apolíticos:
- Nunca discutas sobre política en facebook, si no querés que se generen discusiones sin sentido.
- Nunca te dejes arrastrar a una conversación sobre política en donde el primer enunciado en tirarse a la mesa tiene el equivalente de un insulto. No sólo no vas a sacar nada en claro, si no que tu visión de la realidad puede ser un poquito afectada.
- Siempre cuestiona a tus líderes. La autoridad está ahí porque vos le diste el lugar. Tienen que trabajar para vos, y no al revés. El gobierno que elegiste tiene que ser más escrutado que el que no elegiste, porque sos responsable indirecto de cada una de las acciones que en tu nombre se están tomando.