jueves, 28 de octubre de 2010

Sobre la Muerte de un político...

No me interesa la política y considero a Facebook y demás redes sociales (incluída ésta) un mero espacio para el boludeo, por así llamarlo. De cualquier modo, ninguna muerte de político hizo más que uno vivo por mejorar la situación de este país. No es motivo para festejar.

Los ideales que tanto se manifiestan como parte de su discurso, no dejan de ser un discurso, y no se puede dejar de ver el interés que conlleva la simbología que adoptó este gobierno. Las casualidades no existen y no es mera coincidencia el tipo de íconos a los cuales remite.

La polarización de la sociedad si bien no es una cosa puramente kirchnerista, puedo aseverar que no sólo no hizo nada para aplacarla sino que al contrario le dio ánimos. La lucha de clases que está tragándose al ciudadano promedio en fuego cruzado de denuncias, acoso, robos, bronca contenida y demases, y el clima de agitación constante, de inquietud, soberbia y reclamo tergiversado, me hacen dar cuenta que el idealismo de este gobierno en particular y de la etapa K en gral tienen la habilidad de perjudicar a la clase laburante.

Aún así, y teniendo en cuenta que cada vez que escribo 'clase laburante' el peronismo piensa en 'descamisados' y yo tengo que reiterar que para mi incluye más que al obrero metalúrgico, al minero, al ferretero, y a todos los oficios 'manuales' por así llamarlos... también incluye al empresario, al que se rompió el lomo estudiando y ve cómo el fruto de su trabajo es dilapidado en maneras nefastas, también al que recibió la responsabilidad de continuar el negocio familiar, porque no considero crimen heredar; aún así, digo, y reitero, nunca la muerte de un político terminó con su ideología, con su legado.

Creo que puedo afirmar que si era de castigarse alguna acción del ex mandatario, hubiera preferido un curso menos determinante. Un juicio político, no sé. Alguna otra forma de poner en juicio a sus errores.

Por eso para aquél que festeja la muerte, les recuerdo que no hay nada más intocable que la memoria y pocas cosas son tan inmortales.

Te la dejo picando, rascate cuando quieras.